Enrique J. Vercher García, Granada, España
Nosotros no elegimos a nuestros padres ni a nuestros hermanos, simplemente la vida nos los dio así. Si usted habla castellano, si llama a la mujer que le dio la vida “madre”, si sabe cómo acaba la frase “Al pan pan…”, si usa dos apellidos, el de su padre y el de su madre, si esos apellidos son del tipo García, López, Rodríguez, Rivera, Vega o Flores, si celebra con familiares y amigos Nochebuena y Navidad, y le traen regalos los Reyes Magos, si en sus platos no falta el aceite de oliva, y comparte ciertos valores culturales y espirituales con sus mayores, entonces usted ES español, y eso no tiene nada que ver con que tenga otras posibles tradiciones y costumbres, como las hay en la misma España, y por supuesto no tiene nada que ver con el Red-Green-Blue de su piel. Usted ES español, lo siento, es lo que le ha tocado.
DESDE EL 1508 FUÍMOS CIUDADANOS ESPAÑOLES
Y ante esta circunstancia usted tiene DOS opciones: la primera es vivir atormentado el resto de su vida por seguir creyendo los argumentos racista-despectivos de quienes lo consideran menos capaz y las falacias leyendanegristas sobre supuestas barbaridades cometidas por sus honorables ancestros; la segunda es sentirse orgulloso de ser miembro de uno de los grandes bloques histórico-culturales de la Humanidad (junto con el anglosajón, el francófono, el árabe o el chino), de tener como lengua materna el segundo idioma con mayor número de nativos del mundo, de pertenecer al mundo que llevó la ciencia, el Renacimiento y la escritura al mayor número de pueblos del planeta, al que circunnavegó por primera vez, que creó el Derecho Internacional y las Leyes que protegían a los indios, las obras de Cervantes, las pinturas de Velázquez o Goya, grandes inventos como el submarino o el helicóptero, y que construyó la mayor cantidad de patrimonios de la humanidad (47 en América y 45 en la Península Ibérica, más todos los inmateriales), creer que tiene un pasado glorioso y, lo que es más importante, un mejor futuro.
Ahora bien, todo esto no tiene NADA QUE VER con la política; si a pesar de cumplir las características arriba indicadas usted no quiere tener ninguna relación con el país llamado Reino de España, usted está en su derecho; si usted preferiría que su país fuera como Tennessee o Wisconsin, usted está en su derecho; si usted piensa que lo mejor para su país sería que se convirtiera en la Nueva República de Venecuba, usted está en su derecho. Pero nada de eso va a borrar de dónde procede usted y, por tanto, QUIÉN es usted.