Integración Vs Separación: Reunificación Vs “Independencia”, Análisis Comparativo
La ¨independencia¨ de Puerto Rico seguramente es la más vieja aspiración de estatus político en la mente de muchos puertorriqueños. Aún antes de los arreglos y conceptos de una autonomía (Puerto Rico fue el primer intento autonómico de España), incluso aún mucho antes que los múltiples y fracasados intentos de anexión de la invadida Provincia de Puerto Rico a EE.UU., la ¨independencia¨ existe como parte del discurso político en la Isla. Así mismo, quizás esa ¨independencia¨ es el estatus político más temido y rechazado por el pueblo de Puerto Rico.
Esta aspiración de emancipación total toma su forma a principios del Siglo XIX, cuando empiezan las guerras de ¨independencia¨ en América. Las mal llamadas “guerras de independencia” hispanoamericanas fueron guerras civiles que ocurrieron de manera oportunista en medio de la invasión napoleónica a España y con la ayuda logística de Inglaterra que proveyó armas, soldados, barcos y financiamiento a cambio de derechos de explotación. Un proceso que las redujo a territorios tributarios de Inglaterra y EE.UU. Pero durante esa fecha, Puerto Rico no se independizó de España. Como tampoco hubo iniciativas independentistas contundentes en la Isla. Historiadores y estudiosos citan el poco desarrollo social y político de Puerto Rico durante aquella época como causal para que la Isla no se embarcara entonces hacia la ¨independencia¨. Pero ese análisis falla en considerar que en los virreinatos de América habían regiones con similar desarrollo al de Puerto Rico. Como tampoco consideran el hecho que la población de esos virreinatos de América era mayormente leales a la Corona de España.
La verdad es que el puertorriqueño del Siglo XIX se consideraba un español y súbdito del Rey. Puerto Rico siempre fue considerado como la más leal a España. Aún más leal que regiones en la propia Península ibérica. La historia es clara, el puertorriqueño siempre fue fiel a España. Las manifestaciones de independencia en el Puerto Rico español fueron escasas, de poca relevancia y no contaban con el apoyo de la ciudadanía.
Algunos mencionan el Grito de Lares de 1868 como un momento definitivo en el sentimiento independentista de Puerto Rico. Pero esa revuelta no duró 24 horas y fue prontamente suprimida por los propios milicianos. Es decir, ciudadanos comunes y naturales de la Isla que asistían voluntariamente en las funciones de orden público. Una revuelta que fue liderada por personas que no nacieron en la Isla, pero que vivían en ella. Un Grito de Lares que no fue exclusivo a Puerto Rico. Pues los sucesos de Lares ocurrieron a la sombra de la Revolución Gloriosa en Madrid, que destronó a la Reina Isabel II. Un Grito de Lares que se adelantó por dos semanas al Grito de Yara en Cuba, el que desencadenó una guerra de 10 años, alentada y financiada por EE.UU tras bastidores. Por lo que se puede decir que el Grito de Lares fue una expresión de insatisfacción netamente española en la Provincia de Puerto Rico.
Senadores Provincia de Puerto Rico, España: 1871-1898
Diputados Provincia de Puerto Rico, España: 1809-1898
Cuando la Isla fue parte de España como provincia, no hubo apoyo popular para la independencia. El puertorriqueño siempre fue orgulloso de su identidad española y fiel de su patria, España y el autonomismo era la ideología hegemónica. Es luego de la invasión de 1898, que el independentismo en Puerto Rico se desarrolla como un movimiento de pueblo y motivaciones claras frente a los EE.UU. Un movimiento de reafirmación hispánica que atiende el dilema existencial de “jíbaro sí, yanqui no”. Es bajo la ocupación estadounidense que ocurre el Grito de Jayuya, el más legítimo evento del independentismo puertorriqueño. Sin embargo, como parte del proyecto colonial, es relegado al olvido total, mientras se favorece la tergiversación del Grito de Lares como un relato fantástico sobre un supuesto repudio de los puertorriqueños a España.
Más allá del trasfondo histórico, la independencia en Puerto Rico jamás ha sido un movimiento mayoritario. El puertorriqueño siempre ha sentido afinidad por su Patria Grande y como pueblo no tiene una motivación hacia la independencia. Así mismo, la independencia impone grandes riesgos e incertidumbres sobre la vida de los puertorriqueños. Más allá de la voluntad de pueblo, la independencia implica riesgos para Puerto Rico; la gobernanza, estabilidad política, desarrollo económico, política internacional, diplomacia y moneda, entre otras tantas consideraciones e incertidumbres.
Cualquier relación de estatus político de soberanía en Puerto Rico, una isla donde sus residentes son sin excepción ciudadanos estadounidenses, está destinada a padecer la influencia y el dominio político y económico estadounidense en todas las esferas de la vida. Una independencia que inevitablemente convertiría a Puerto Rico en una neocolonia. Esto es para los Estados Unidos, todas las ventajas del territorio pero sin tener obligaciones fiduciarias con los puertorriqueños.
EE.UU. obtendrá las Ventajas del Colonialismo de más de un Siglo, pero sin las Obligaciones: Neocolonialismo
Por ende la ¨independencia¨ habrá de ser inadecuada, insuficiente, inferior y riesgosa en desempeño. En parte, por la sumisión al dominio neocolonial estadounidense y a sus intereses. Lo que reduce cualquier ventaja natural para procurar el bienestar de los puertorriqueños en esa República de Puerto Rico. Y para Puerto Rico, allí acaban todas las esperanzas de mejorar o avanzar cualquier tipo de relación política de ¨independencia¨ libre del dominio de los Estados Unidos.
Integración / Reunificación:
EE.UU. es un ente soberano extranjero y ajeno a la historia, cultura, idioma e idiosincrasia de los puertorriqueños que ejerce de forma plenipotenciaria su poder colonial sobre el pueblo de Puerto Rico y por más de un siglo le niega derechos democráticos básicos. Las posibilidades de una “independencia” real no son posibles bajo la sombra de EE.UU., y por ende no constituye un modelo de descolonización, particularmente dado el historial de dominio neocolonial ejercido por EEUU sobre Hispanoamérica, sería un modelo de subordinación política a pesar de varios siglos de intentos fallidos de procurar entre los puertorriqueños apoyos que no han prosperado. Muchas naciones europeas se constituyen en un bloque precisamente para protegerse entre sí, unidas, de presiones provenientes de naciones más poderosas e influyentes.
Un independentista tan sólo puede
aspirar a ser un anticolonialista,“el historial de subordinación a EE.UU. resultará irremediablemente en una
República Neocolonial de Puerto Rico”
España creó a Puerto Rico, tenemos historia, idioma, idiosincrasia, costumbres, música, religión, tradiciones y cultura comunes y afines, Puerto Rico estaba integrado a España como provincia y en el 1897 se convirtió su primera provincia autónoma. Tuvo representación de Senadores y Diputados en el Senado y el Congreso de Diputados del Reino de España desde mucho antes de la provincia recibir la autonomía y ser invadida por EE. UU. en el 1898. Por lo tanto, Puerto Rico tiene el derecho a la integración por medio de la Resolución 1541 (XV) de la ONU. Ante la eventual debacle del anexionismo, se explica de esta manera la razón de los intentos constantes, incesantes y sin escrúpulos de intereses ideológicos en la Isla por borrar de la historia el pasado y representación provincial de Puerto Rico, así como reclasificarlos como período ¨colonial¨ con la evidente intención de cerrar el camino al derecho a la integración.
Hoy, en el Siglo XXI, nos encontramos con que los Estados Unidos no respetan las resoluciones de la Organización de las Naciones Unidas, como tampoco está suscrito al Tribunal Internacional de Justicia, ni ha ratificado su adherencia a las decisiones del Tribunal de la Haya. Incluso recientemente EEUU se retiró del Comité de Defensa de los Derechos Humanos de la ONU, su historial de violación de los derechos humanos y democráticos de los puertorriqueños y demás ¨territorios¨ y en muchas partes del orbe en parte explica estas medidas.
¨Cualquier alternativa, incluyendo la integración (no anexión), tiene que basarse en los principios de igualdad soberana e integridad territorial…¨
En clara oposición, tanto España como la Unión Europea auspician y se suscriben a las mencionadas instituciones, lo cual garantiza que la integración (reunificación) será una relación no colonial, no territorial y de igualdad soberana, protegida bajo el ala de España u la Unión Europea del Neocolonialismo de EEUU.
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