Trayectoria:
Autonomista por convicción, fue uno de los principales abolicionistas de Puerto Rico y vocero del derecho de autodeterminación de la Isla, la autonomía, entonces un modelo político novedoso, desconocido y visto con sospecha y suspicacia es hoy en día reconocida como un ejercicio legítimo de autodeterminación según el derecho internacional. Baldorioty es considerado una de las más destacadas figuras dentro de la historia y la política de Puerto Rico, prócer autonomista por excelencia, NO independentista.
Litografía: Seminario Conciliar de Puerto Rico
Al regresar a Puerto Rico en 1853 ejerció la docencia en la Escuela de Comercio, Agricultura y Náutica y en el Seminario Conciliar del que había sido alumno, además de desplegar una intensa actividad pública por todo el país. Comenzó a militar en el Partido Liberal Reformista. También fundó y alentó varias publicaciones abogando por la abolición de la esclavitud y la liberalización y reforma del gobierno de la Isla. Luego completó su formación en la Escuela de Artes y Manufacturas de París. En esa misma época, declinó el cargo de alcalde de una de las municipalidades de la Isla que le propusiera Fernando Norzagaray, gobernador interino de la Capitanía General de Puerto Rico.
Su vocación de educador fue sumamente reconocida. En 1858, la Sociedad Económica lo nombró, de manera unánime, Secretario de la Comisión de Estudios. Dos años más tarde, la misma organización lo nombró vocero de una comisión encargada de promover la conservación de los recursos naturales en la Isla. Fue certificado además como profesor de mecánica aplicada. Fundó el Colegio Ponceño en Puerto Rico.
En 1867 realizó un nuevo viaje a Francia como representante de la Provincia de Puerto Rico en la Exposición Universal de París de la cual rindió informe a la Diputación Provincial de Puerto Rico.
Memorias Exposición Universal de París:
Comisión Diputación Provincial de Puerto Rico (1867)
Tras la revolución española de 1868, fue elegido diputado por la Provincia de Puerto Rico en las primeras Cortes liberales españolas. Se distinguió por estar a favor de la abolición de la esclavitud y de una Constitución para la Isla que garantizara más derechos políticos para los puertorriqueños. Fue un firme partidario de la autonomía. Suya es la célebre frase: “La Autonomía ante todo: ¡Dios, Patria y Libertad!”. Su proyecto autonomista contemplaba la ejecución de reformas que aumentasen la libertad y bienestar de sus conciudadanos sin producir trastornos en las bases del poder, es decir, sin romper los lazos políticos con España.
No apoyó la revolución armada del Grito de Lares, sino que eligió debatir sobre los diferentes conflictos y problemáticas de forma diplomática. Con este interés, viajó a la capital a Madrid y presentó la situación de la Isla a las autoridades respectivas. Escribió varios documentos de fuerte contenido crítico hacia el gobierno provincial, donde enumeraba los elementos que afectaban económica y socialmente a la Isla.
En 1870 fue nombrado diputado del Parlamento español y en 1873, junto a otros destacados compatriotas, entre ellos Luis Padial y Julio Vizcarrondo, consiguió que se aprobara la Ley Moret, que abolía la esclavitud para los nacidos posteriormente a 1868 y para los mayores de sesenta años. Sin embargo, fracasaron sus intentos de convencer al gobierno de Madrid sobre la necesidad de reformar el sistema de gobernación provincial a través de la descentralización administrativa y la liberalización del comercio, la industria y la enseñanza.
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Una Campaña Parlamentaria: Diputación Radical de Puerto Rico (1874)
Baldorioty de Castro regresó a Puerto Rico en 1873 y estableció su residencia en la ciudad de Ponce. Allí, fundó el periódico El Derecho, así como el semanario La Crónica, en donde expresó sus ideas sobre la autonomía para la isla. En 1875, desengañado por las dificultades de la política española y en la ruina económica, se trasladó a Santo Domingo donde ejerció la enseñanza, dirigió la Academia Náutica y fundó el Colegio Antillano. Regresó tres años más tarde a Puerto Rico para ponerse al frente del movimiento autonomista y en marzo de 1887 presidió la Asamblea fundadora del Partido Autonomista Puertorriqueño, del cual fue elegido presidente.
Constitución orgánica del Partido Autonomista Puerto-Riqueño (1887)
Nombró al joven político Antonio Rafael Barceló como secretario del Partido, quien se convirtió en uno de los partidos políticos más importantes de Puerto Rico. Sus ideales políticos se centraban en que Puerto Rico debía escoger por sí mismo su gobierno local y debía continuar teniendo igualmente senadores y representantes en el Parlamento Nacional español. Ante tales ideas, algunos en el gobierno de la Isla consideraron que Baldorioty de Castro resultaba una figura peligrosa.
Encarcelamiento
Un reformador del régimen; por ello, el Gobernador Romualdo Palacios lo encarceló en el Fuerte San Felipe del Morro en San Juan. Pese a que permaneció en prisión solo dos meses y fue pronto liberado, su salud sufrió bastante y Romualdo Palacios fué fulmimantemente destituído tras enterarse el gobierno de la Capital en Madrid de sus acciones, vía denuncias de ciudadanos particulares.
Fallece
Román Baldorioty de Castro falleció el 30 de septiembre de 1889 en Ponce. Fue enterrado en el antiguo cementerio de Ponce, renombrado luego “Panteón Nacional Román Baldorioty de Castro”, debido a la importancia de este líder autonomista, ideología hegemónica del siglo XIX en la Provincia de Puerto Rico.
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