Españolas, Indígenas y luego Mestizas

No fueron pocas las que llegaron a aquellas tierras salvajes e inhóspitas, ni pocas las que tuvieron un papel relevante en la conquista y la forja del Nuevo Mundo, demostrando que quien tiene la voluntad, tiene la fuerza. Mujeres que hicieron historia sin amilanarse ante las circunstancias duras y adversas. Mujeres españolas, pero también indígenas y luego mestizas, que están saliendo a la luz y que forjaron una nueva sociedad desde el lado femenino tantas veces eclipsado. Hubo mujeres que ejercieron con talento la política, el poder y la diplomacia para que los lazos llegaran a trascender mucho más que sus propias vidas.
Con ellas en el escenario histórico americano desde el siglo XVI, se humaniza en buena medida el descubrimiento (mutuo y para el resto del mundo), conquista y posterior desarrollo de la civilización hispánica, alejado de visiones maniqueas y simplistas de buenos y malos, pues esas mujeres y esos hombres llegaron para quedarse, construyeron y nunca se fueron, se mezclaron cultural y genéticamente.
Con constancia documental quedan los registros de valientes mujeres castellanas que comenzaron a llegar a América desde el mismo segundo viaje colombino, aquel en el que 17 naos partieron de Cádiz en septiembre de 1493. Poco a poco fueron llegando más, casadas para reunirse con sus esposos y también solteras, viudas, hermanas, sobrinas, hijas y criadas, la mayoría al recibir cartas de familiares que allí se encontraban y a los que les iba razonablemente bien.
Los registros oficiales nos dan una cifra de más de 10.000 mujeres españolas para el siglo XVI de un total de 55.000 emigrantes, además de las muchas más que pudieron llegar de manera ilegal sin pasar por los filtros de la Casa de la Contratación fundada en 1503. Investigadores como Boy-Bodman o el español Martínez-Shaw elevan la cifra total para dicha centuria a más de 200.000 españoles, de los cuales más de 30.000 serían mujeres. Mujeres y hombres que portaban su lengua, fe, cultura, mentalidad, sus animales, sus alimentos… Y crearon instituciones, administraciones, leyes, hospitales, universidades, cultivos… configurando una nueva sociedad, mestiza y criolla.
Las mujeres españolas viajaron siendo conscientes de que la enorme distancia y el giro radical que daban a su existencia haría ya muy difícil que regresaran algún día. Muchas de ellas desempeñaron papeles muy relevantes y básicamente propios de los varones en aquella época: cargos de gobierno y administración en las Indias desde el siglo XVI e, incluso, algunas participaron en hechos de armas o tomaron el mando de una expedición o armada. A dichas posiciones llegaron por diversos motivos en un hito continuado en el tiempo y que desmiente la visión oscurantista y radicalmente misógina que muchos hoy tienen de lo que fueron las Españas durante toda la Edad Moderna.
Algunas de ellas son Inés Suárez, conquistadora; Catalina de Erauso, “la monja alférez”; María de Toledo, “virreina de las Indias”; Isabel Barreto, “almirante de la Mar del Sur”; María Estrada, conquistadora; Beatriz de la Cueva, “la sin ventura” gobernadora de Guatemala; Mencía Calderón, “adelantada en el Río de la Plata”; Rafaela Herrera, artillera en la Nicaragua de 1762; Aldonza Manrique, gobernadora de la Isla de las Perlas (isla Margarita).
Ignacio Montaño Alegre
Fuentes:
“De mucho más honor merecedora, doña Aldonza Manrique, la gobernadora de la isla de las perlas”, Daniel Arveras Alonso.
“Pioneras, mujeres en la conquista de América”, Carmen García Pérez.
Imagen: Isabel Barreto, almirante de la Mar del Sur.