Puerto Rico Vuelve a Casa: Te Estamos Esperando. José Antonio Zorrilla; Embajador de España Retirado.


Esta entrada es la Transcripción de las Expresiones del Embajador; Video Adjunto
Buenos días, Puerto Rico
Acabo de ver un vídeo en el que una delegación puertorriqueña solicita en las Naciones Unidas la aplicación del derecho de autodeterminación. Luego, leo que existe un movimiento reunificacionista con España que cuenta con el apoyo de aproximadamente el 20 % de la población. También veo que en 2025 se celebrará un referéndum decisivo sobre la cuestión, con autorización de los EE.UU.
La realidad de que una parte del territorio estadounidense pueda considerar regresar a España es un incentivo interesante para analizar el tema. De entrada, considero que, entre todas las hipótesis que se barajan para el futuro de Puerto Rico, la posibilidad de volver a Europa y a España parece la opción más alineada con sus intereses. Basta observar cómo han tratado los anglosajones a Puerto Rico durante los últimos 100 años para comprender que su futuro no puede seguir siendo ese estatus intermedio entre colonia y ocupación.
Un malentendido fundacional
Cuando los EE.UU. le arrebataron Puerto Rico a España, lo primero que hicieron fue definir a los puertorriqueños como unfit for government, es decir, incapaces de autogobernarse. Sin embargo, siendo españoles, ya en 1812 enviaron a España un representante para sus primeras Cortes Constituyentes: el señor Ramón Power y Giralt, de origen irlandés.
Irlandeses, como tantos otros, sirvieron a España como país de acogida y de doble nacionalidad desde Enrique VIII hasta las Cortes de Cádiz, aproximadamente por 250 años. Para aquella primera cámara de 1812, todos los habitantes de la monarquía universal eran considerados ciudadanos, sin distinción de raza o religión.
Imaginen un parlamento que consideraba españoles no solo a todos los nativos de los EE.UU., sino también a los habitantes de las 3,000 islas que conformaban el Pacífico español. Es falso afirmar que no existía gobernanza en la monarquía universal. Era un sistema distinto, pero no por ello menos estructurado.
Cuando Thomas Jefferson abusaba de una de sus esclavas y tenía un hijo con ella, el niño se incorporaba, como negro que era, a la plantación. En España, la realidad era diferente.
La integración de culturas
El hijo del conquistador Hernán Cortés y la indígena Malinche heredó el título de su padre, marqués de Oaxaca, y fue una figura prominente en la corte de Felipe II. Esto se debía a la voluntad de la reina Isabel, quien promovía matrimonios entre españoles y nativos, fomentando la integración de culturas.
Todavía faltaban aproximadamente 100 años para que los peregrinos del Mayflower llegaran a los EE.UU. e impusieran el racismo como una doctrina que persiste hasta hoy.
Reflexión sobre la evolución de los imperios y su impacto en la historia
En gran medida, muchos de los prejuicios actuales provienen de un error fundacional. España no dejó de ser la monarquía universal porque fue derrotada por los anglosajones, sino porque su paradigma de funcionamiento se tornó obsoleto. Del mismo modo, el Imperio Británico eventualmente perdió su relevancia, y en la actualidad el modelo norteamericano está enfrentando un proceso similar. Esta idea fue explicada de manera profunda por el filósofo Thomas Kuhn.
A lo largo de los 300 años en los que España desempeñó un papel central en el mundo, su relación con el mundo anglosajón estuvo marcada por una fuerte fricción. De hecho, la Inglaterra moderna se consolidó a partir de su victoria sobre la Armada española, una victoria no sólo militar, sino también religiosa y política. Además, esta consolidación fue impulsada por la riqueza obtenida en las correrías de Francis Drake, cuya acumulación primitiva fue clave en el origen del capitalismo inglés, según el economista John Maynard Keynes.
El barco que transportó parte de ese botín, el Golden Hind, sigue anclado en los muelles de Londres como testigo de aquel periodo. Cabe recordar que, pese a su éxito en varias campañas, Drake finalmente fue derrotado por los fuertes de Puerto Rico.
Otro episodio relevante en la evolución de las estructuras políticas fue el cambio de Inglaterra al Reino Unido. Esta transformación se debió, en parte, a la fallida expedición escocesa en Panamá, que fue arrasada por la armada española. Dicha derrota arruinó económicamente a Escocia, ya que, en la tradición anglosajona, este tipo de expediciones no buscaban honor o gloria, sino beneficios financieros. Inglaterra rescató a Escocia bajo la condición de unir los parlamentos de ambos países, estableciendo el sistema que, con soberanía delegada en Westminster, perdura hasta la actualidad.
Comparativa entre España, Europa y Estados Unidos en calidad de vida y cultura
La calidad de vida como incentivo
Después de años de ausencia en ciertos escenarios políticos y económicos, es comprensible preguntarse qué podría motivar una reconexión con Europa y España. La respuesta es sencilla: la calidad de vida.
Un aspecto crucial es la esperanza de vida. En Estados Unidos, la esperanza de vida es de 79.46 años, mientras que en España alcanza los 83 años. Esta diferencia de casi cuatro años puede representar la oportunidad de conocer a los nietos y disfrutar de una vida más larga y plena. En la clasificación mundial, Estados Unidos ocupa el puesto 48, mientras que España se encuentra en la novena posición.
Impacto de la mortalidad infantil y materna
La situación se torna aún más crítica cuando se observa la tasa de mortalidad infantil. En España, el índice es de 2.6 fallecidos por cada 1,000 habitantes, mientras que en Puerto Rico asciende a 5.6 por cada 1,000, casi el triple. La situación de las mujeres en el ámbito sanitario es aún más preocupante. La tasa de mortalidad materna en Estados Unidos es de 22 por cada 100,000 nacimientos, colocándolo en el puesto 55 a nivel mundial, con una cifra que ha duplicado en los últimos 20 años. En contraste, España presenta una tasa significativamente menor: sólo 3.4 muertes maternas por cada 100,000 nacimientos.
Si se considera la tasa de mortalidad infantil y materna en conjunto, el tributo de sangre que se paga en Estados Unidos es preocupante. En España, en contraste, la sanidad es universal y gratuita, extendiéndose a toda Europa mediante una tarjeta sanitaria común.
La situación económica vinculada a la salud también es alarmante en EE.UU.: un 40 % de todas las bancarrotas se deben a deudas médicas. A pesar de ello, el gasto en sanidad estadounidense es el doble que el de los países europeos.
Infraestructura y calidad de los servicios básicos
Una de las primeras cuestiones que se abordarían en un proceso de mejora sería el acceso a agua potable en Puerto Rico. Después de un siglo bajo administración estadounidense, resulta inadmisible que el agua del grifo aún no sea apta para el consumo.
En términos generales, Europa supera a EE.UU. en diversos indicadores sociales. España, por ejemplo, presenta una tasa de crimen violento considerablemente más baja y su población reclusa es diez veces menor que la de EE.UU., donde aproximadamente el 1 % de la población está encarcelada. Además, España no contempla la pena de muerte en su sistema judicial.
Regulación de armas y seguridad
Uno de los contrastes más marcados es la regulación de armas. En España y Europa, la posesión está restringida a las fuerzas policiales y militares, mientras que las armas de caza solo pueden adquirirse bajo estrictos controles.
Identidad y autoestima
Una integración con España significaría abandonar los complejos de identidad racial y pasar a ser ciudadanos europeos de pleno derecho. Esto permitiría la libre movilidad dentro de la Unión Europea, sin necesidad de visado ni controles fronterizos, ofreciendo igualdad de condiciones respecto a españoles, franceses, alemanes o italianos.
Patrimonio cultural y reconocimiento internacional
En cuanto al reconocimiento del patrimonio cultural, el número de monumentos declarados bienes culturales de la humanidad en EE.UU. es limitado. Destacan seis, cuatro de ellos diseñados por el arquitecto Frank Lloyd Wright, junto con Monticello y el Hall de la Independencia de Filadelfia. Adicionalmente, se incluyen tres monumentos de origen extranjero: la Estatua de la Libertad, de origen francés, y dos españoles, las misiones de San Antonio y la fortaleza de Puerto Rico, reconocidas por su avanzada técnica europea de fortificación.
España, por otro lado, cuenta con un vasto catálogo de bienes culturales, solo superado por Italia. Además, alberga algunas de las más espectaculares obras de arte y museos de Occidente.
España y su legado en la historia y el mundo hispano
Identidad cultural y pertenencia
En un hipotético escenario de integración, varios aspectos icónicos de la cultura española pasarían a formar parte de la identidad compartida. Desde clubes de fútbol como el Real Madrid, el Barcelona y el particular Athletic de Bilbao, hasta el Ballet Nacional de España, que brindaría un espacio artístico reconocido mundialmente para talentos emergentes como Rita Moreno en su momento.
Este proceso también tendría consecuencias en la percepción de la comunidad hispana en el mundo. Un mexicano podría recordar la historia de la Malinche con una expresión cargada de significado, mientras que la respuesta podría enfatizar que su descendencia aún posee títulos nobiliarios en España, reflejando el mestizaje histórico que aún perdura.
Conexiones históricas entre España y otros países
La influencia española ha dejado huella en diversas naciones. Al observar un partido de fútbol con la selección holandesa, es curioso notar que su himno nacional menciona su lealtad al rey de España, pese a los 85 años de guerra librados en un intento de conversión al catolicismo. Por otro lado, los irlandeses mantienen una tradición peculiar: su despedida va acompañada de cerveza española y vino papal, legado de antiguas conexiones comerciales.
Esta herencia histórica posiciona a España dentro del grupo de los antiguos países europeos, cada uno con sus vicios y virtudes. Sin embargo, es crucial no asumir narrativas nacionales sin cuestionarlas, ya sean inglesas o americanas.
La influencia marítima española
Si bien Inglaterra se ha atribuido el dominio de los mares, España fue pionera en la exploración oceánica. Fue la primera en cruzar el Atlántico y el Pacífico, tanto en dirección este como oeste, además de completar la primera vuelta al mundo. Incluso en el siglo XVIII, el Reino Unido se comprometió en el Tratado de Utrecht a no cruzar el Pacífico salvo por debajo del paralelo 40, un océano que España navegaba anualmente sin dificultades, en gran parte porque poseía el conocimiento técnico para hacerlo.
El excepcionalismo anglosajón
Uno de los mayores desafíos con el mundo anglosajón es su tendencia a creer que siempre han liderado, cuando la realidad histórica demuestra lo contrario. Su éxito actual les ha reforzado la percepción de ser excepcionales, olvidando que otras civilizaciones, como la española, fueron precursores en múltiples campos.
Reflexión sobre el declive de los imperios y la situación actual
España como monarquía universal
A pesar de que el latín ha perdido relevancia, en 1601 el filósofo italiano Tommaso Campanella escribió un libro sobre la excepcional Monarquía Hispánica, describiéndola como un imperio global comparable al romano. Sin embargo, como todos los imperios de la historia, su hegemonía llegó a su fin, del mismo modo que ocurrió con el Imperio Británico y, actualmente, con Estados Unidos.
Competencia global y declive estadounidense
Hoy en día, el liderazgo estadounidense enfrenta retos significativos. La Universidad de Tsinghua en China ya ha superado al Instituto Tecnológico de Massachusetts en matemáticas, y los chinos presentan el doble de patentes que Estados Unidos ante la Organización Mundial de la Propiedad Intelectual. La histórica acería U.S. Steel, que dominó el sector por un siglo, ahora ocupa el puesto número 24 en el mundo.
Para sostener su influencia, EE.UU. mantiene un gigantesco aparato militar que representa el 40 % del gasto global en defensa. Sin embargo, esta capacidad no ha sido suficiente para abastecer de munición a Ucrania en el conflicto actual, lo que revela importantes fallos en el complejo militar-industrial.
Fracaso de la estrategia militar
Las limitaciones de la industria militar estadounidense han sido evidentes en varios frentes. Los vehículos de combate Bradley han sido destruidos en Ucrania, mientras que los tanques Abrams, considerados invencibles, fueron retirados después de la pérdida de 20 de 31 unidades en solo un mes. A ello se suma la reciente cápsula espacial de Boeing, que regresó a la Tierra vacía debido a fallos tecnológicos, y el portaaviones Eisenhower, que tuvo que ser retirado ante la inesperada resistencia de los hutíes en Yemen.
Comparación con Europa
Esto no significa que Europa viva en una absoluta estabilidad, pero su antigüedad le ha permitido atravesar situaciones similares. En cambio, EE.UU. parece hundirse como el Titanic, acelerando su caída con un gasto desmesurado en armamento. Esta estrategia no solo debilita a sus aliados europeos, sino que también contribuye a la escalada de conflictos a nivel mundial.
Conclusión: una cuestión de pertenencia
La situación plantea una disyuntiva: elegir entre ser parte de una familia con problemas o enfrentarse a problemas aún más graves sin formar parte de ninguna comunidad. La noción de pertenencia sigue siendo un factor clave en el desarrollo y estabilidad de los países.
Reflexión sobre la historia y el relato nacional
El papel de España en la independencia de EE.UU.
Desde hace un siglo, se ha esperado una respuesta a una deuda histórica. La espada de Lafayette nunca fue olvidada, pero las contribuciones de España en la recuperación de Texas y Florida, la apertura del Misisipi y la independencia de EE.UU. han sido relegadas al olvido. En lugar de recuperar Gibraltar, España optó por apoyar la independencia de las Trece Colonias, una decisión cuyos efectos aún resuenan.
El pasado siglo, marcado por ocupación, racismo y colonialismo, ha puesto en entredicho la democracia estadounidense, la comunidad hispana y el contexto internacional. Es una situación que requiere pronta resolución, y la posibilidad de hacerlo recae en quienes han sido parte de esta historia.
España: una nación ultramarina, no un imperio derrotado
Contrario a la narrativa imperialista, España nunca conoció un Waterloo ni tuvo un modelo de explotación imperialista tradicional. Su visión era la de una España en ultramar, un territorio integrado y no una mera colonia. En la Monarquía Hispánica, el famoso lema No taxation without representation jamás habría tenido sentido, ya que América poseía el mismo sistema fiscal que la metrópoli.
La independencia de la América española siguió el modelo de las Cortes de Cádiz, inspirado en los sistemas francés y estadounidense, pero sin intervención extranjera. Se trató de una autodeterminación política genuina, lejos de los procesos dominados por poderes externos.
El relato nacional: verdad y percepción
La interpretación de la historia no es una cuestión de verdades absolutas, sino de cómo un país se percibe a sí mismo. Así, mientras un anglosajón podría ver en España una historia de derrotas —desde la Armada Invencible hasta Trafalgar—, se olvida que al año siguiente del fracaso de la Armada, Drake intentó un contraataque que fracasó en todos los frentes, perdiendo a su hermano ante María Pita en La Coruña. Además, tras Trafalgar, el Reino Unido intentó apoderarse de Argentina en 1806 y fracasó en lo que fue el último enfrentamiento militar entre ambas naciones.
En cuestiones de relato, las diferencias son marcadas: los anglosajones se presentan siempre victoriosos y moralmente superiores, mientras que los españoles han sido caracterizados como derrotistas y culpables. Es crucial no permitir que los hechos destruyan un relato nacional bien construido.
EE.UU. y su modelo internacional
En el contexto de EE.UU., su expansión territorial y proyección internacional han sido determinadas por conflictos y estrategias de dominio. Desde el uso de falsa bandera en Vietnam para justificar la anexión de territorios como Guantánamo y Puerto Rico, hasta las numerosas invasiones en Hispanoamérica, su modelo de intervención ha estado acompañado de violencia y estrategias de poder.
Sin embargo, el relato estadounidense sigue siendo el mismo: se perciben como la nación indispensable y la ciudad brillante sobre la colina, sin importar el impacto de conflictos como Vietnam, Chile, Afganistán, Irak, Libia, Ucrania o sus más de 50 intervenciones en América Latina. La verdadera cuestión radica en decidir qué versión de la historia se acepta: ¿fue mejor la etapa de 400 años con España o los últimos 100 bajo el dominio de EE.UU.?
Símbolos nacionales y su origen
El himno nacional español, considerado por muchos como la marcha de una nación, en realidad nació como un himno real, equivalente al Hail to the Chief estadounidense, sin letra y ligado al soberano. Por otro lado, la bandera roja y amarilla fue concebida por el rey con el propósito de ser claramente visible en el campo de batalla, una decisión que más tarde el Reino Unido replicaría en sus cuerpos de policía.
Conclusión
La historia se compone tanto de hechos como de percepciones. Si bien EE.UU. ha construido su relato sobre la base de su excepcionalismo, la realidad de sus intervenciones y el rol de España en la configuración del mundo hispano sigue siendo una pieza fundamental en el análisis de los acontecimientos. La decisión sobre cómo interpretar el pasado sigue estando en manos de quienes han vivido sus consecuencias.
Puerto Rico vuelve a casa: te estamos esperando.

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