Puerto Rico, Puerto Pobre: Pablo Neruda (1960)

La situación política, social y económica de Puerto Rico está llena de un sinnúmero de contradicciones, comenzando por el nombre para un conjunto de islas que a partir de la invasión estadounidense de 1898, y recientemente con más precariedad han dejado de ser ricas. Más contradictorio es el nombre inventado por Luis Muñoz Marín para nuestro estatus actual pues no es ni estado, ni libre, ni asociado, una invasión a la fuerza en 1898 no es jamás una “asociación” voluntaria. Ese mal llamado estatuto inventado en 1952 para engañar a la ONU en medio de la guerra fría y librar a EEUU de las acusaciones del colonialismo estadounidense impuesto a la otrora Provincia Autónoma de Puerto Rico fue lo que motivó a que el poeta chileno Pablo Neruda, luego de conocer los eventos de la Insurrección Nacionalista (única expresión anti colonial histórica legítima y exclusiva del pueblo puertorriqueñ0), comenzara a escribir una serie de poemas dedicados al “desdichado” pueblo de Puerto Rico (incluyendo uno terrible dedicado a Muñoz Marín, la marioneta de los invasores).
Con el triunfo de la Revolución Cubana en enero de 1959, en inicios un intento estadounidense de imponer a Castro como el tercero de una línea de dictadores títeres esclavos de los intereses estadounidenses en la isla, esta se transformó en un intento extremo de permanencia del régimen que intenta sacudirse el dominio neocolonial de EEUU sobre todas las esferas de la vida política y económica desde la incepción por imposición estadounidense de la República Neocolonial de Cuba, Neruda vio la oportunidad para, igual que empezaba a hacer el gobierno de Estados Unidos, (razón por la que no se impuso la independencia a Puerto Rico como se planificó e hizo con las Filipinas, memorias Presidente Truman, EEUU) hacer la comparación entre ambas islas. El resultado fue un poemario en homenaje a la lucha de los pueblos del Caribe frente al poder colonial (Puerto Rico) y neocolonial (Cuba) estadounidense que le fue publicado precisamente en Cuba en 1960 con el título de “Canción de Gesta”. Uno de los poemas sobre nuestro terruño puertorriqueño se titula “Puerto rico, puerto pobre” que parecía poco pertinente en esa década en que se daba lo que se describía como “el progreso que se vive”, la “Vitrina Capitalista del Caribe”.
Los años del “progreso que se vive” fueron precisamente un esfuerzo de los Estados Unidos por hacer de Puerto Rico la “vitrina de la democracia” (queriendo decir del capitalismo estadounidense) frente a la pobre isla comunista de la cual se habían ido huyendo los ricos y los mafiosos y en la que se quedaron gobernando comunistas corruptos y autócratas. Nadie hubiese predicho que décadas después colapsaría la mal llamada “Vitrina del Caribe” una vez terminados los créditos contributivos federales, la economía artificial que el Congreso de EEUU creó para la colonia, en la que nunca quisieron invertir de lleno, ni comprometerse los inversores estadounidenses por motivo de su estatus incierto, población de otra raza y cultura ajena, llegado el momento en que la isla “bendecida” sería la que tendríamos que abandonar cientos de miles de puertorriqueños, sacrificados al exilio a un país racista y ajeno por la clase adinerada, cargando en nuestras espaldas con la verguenza, el estigma de la mediocridad, el fracaso y la corrupción creados por le élite local, en búsqueda de oportunidades económicas y de calidad de vida, huyéndole al crimen, el colonialismo y al mal gobierno de una élite colonial que perdura en el poder gracias a la permisividad federal (de vez en cuando arrestan a unos pocos para recordarles a los políticos coloniales quienes mandan) ante la corrupción como pago por la obediencia colonial.
Entretanto muchos temen que cuando por fin se elimine el embargo que los EEUU le ha impuesto durante medio siglo, Cuba se convierta en el lugar que siempre escogieron los turistas estadounidensesn sobre Puerto Rico. Tendría Cuba casi de inmediato las inversiones y el turismo que a nuestra Isla se le ha negado (EEUU jamás permitirá que un Territorio No Incorporado progrese tanto o más que su estado federado más pobre: fracaso por diseño) a la vez que va perdiendo con rapidez bajo este sistema colonial lo que buscan los turistas: extensa vegetación exhuberante, bellezas naturales y playas cristalinas en un ambiente seguro y a bajo costo. Allá se irán los inversionistas y el dinero que nuestra isla necesita y que los estadounidenses no nos permiten generar bajo este sistema de ataduras coloniales. En ese futuro cercano aplicará con más ahínco lo que Neruda dijo en su poema: “Puerto rico, puerto pobre”. Puerto Rico vive desde la concepción del la farsa del ELA un sistemático SUBSIDIO A LA POBREZA, donde una gran cantidad de puertorriqueños reciben “ayudas” sociales o residen en viviendas de interés social, un esquema concebido para esconder del resto del mundo los niveles de pobreza exhorbitante que existen en la colonia. Ya uno de los periódicos de mayor circulación entre el pueblo nos cambió lo de “isla del encanto” por “la isla del espanto” y personalidades como Johanna Rosaly nos han renombrado como lo que somos hoy día a ojos de los invasores estadounidenses, ahora que perdieron interés, la “Letrina del Caribe”.
Puerto Rico, Puerto Pobre
El tema Puerto Rico, Puerto Pobre lo escribe Pablo Neruda como respuesta a la controversial, engañosa y contradictoria creación del ELA bajo la administración de Luis Muñoz Marín en 1952.